Este fin de semana aprovechamos para hacer un viaje a Mura y Talamanca, dos pueblos de la comarca del Bages en Barcelona.
El sabádo aprovechando que hacía buen tiempo fuimos hasta Talamanca y Mura, cogimos el coche, quedamos en el parque de la aguja y atravesamos Navarcles otro pequeño pueblecito de la zona hasta llega al primero, en el cual hicimos una parada, vimos un castillo muy chulo, pero estaba cerrado y no pudimos visitarlo, en cambio si que dimos un par de vuelta por allí, vimos la iglesia, donde oimos el canto celestial desde el exterior, a unos niños jugando en una fuente, de la que bebió Joan, al parecen no le gustó demasiado porque no salia nada fría. Y en cuestión de 15 minutos vimos todo, las calles muy bonitas pero solitarias, grandes casas de piedra con bonitas vistas.
Una vez que nos cansamos nos fuimos a ver Mura, el otro pueblo, lo peor de todo la carretera, estaba llena de curvas, pero bueno al cabo de un cuarto de hora llegamos a nuestro destino. Mura nos gustó más, pero también lo visitamos en cuestión de minutos, andando por las calles empedradas, fuimos viendo todas la partes y bellas casas que tenía, hasta que dimos con un riachuelo donde pasaba agua, que estaba bastante limpia y se podían ver algunos peces nadando en ella, Mura tiene encanto, es romántica y te seduce con su dulzura. Al final no compramos nada en la tienda que vimos en el centro de Mura, habían alimentos típicos de la zona, como queso, pates o mermeladas, pero nos quedamos con las ganas, la próxima vez que vuelva hacer una viaje a Mura prometo comprar alguna cosa de recuerdo, hasta entonces el único recuerdo de este bello lugar eestá en interior.
Y hasta aquí mi relate de viaje, lo cierto es que fue un viaje más bien corto, pero intenso!